¡Vive. Ha resucitado!. Ese grito, esa experiencia es el gran regalo con el que amanecemos, es la gran verdad que cambia nuestra vida, nuestro tiempo. No basta oírla, hay que dejar que transforme nuestro ser. Solo si nos dejamos encontrar, Él sale al paso, nuestra realidad se transforma. ¡Esa es la invitación! Buena Pascua.
José Luis